La comarca lebaniega es tierra con un rico pasado histórico que conserva un legado de singular interés. La presencia de monumentos megalíticos en los collados y zonas de alta montaña; las estelas funerarias, recuerdo de un pueblo que defendió valerosamente su independencia; las ermitas rupestres, testimonio de los primeros años de cristianización; los monasterios medievales, que en gran número se edificaron en los diferentes valles; las iglesias que conservan aún el románico, el gótico e incluso, el neoclasicismo, dentro de las diferentes etapas del arte.

Liébana es rica en retablos, imágenes y pinturas populares o torreones medievales pero, por encima de todo, está la presencia de sus tres monumentos singulares: Santa María de Lebeña; Santa María de Piasca y el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. Tres visitas obligadas, junto con las numerosas casonas solariegas blasonadas, que sirven para que el viajero que se acerca a Liébanadisfrute plenamente de la riqueza monumental de esta comarca.