TRESVISO

TRADICIONES Y COSTUMBRES

carteroLa villa de Tresviso se encuentra situada en un rincón de la geografía lebaniega de impresionante belleza. A través de los años se han mantenido las más viejas tradiciones y ahora que su presencia en el interior del Parque de los Picos de Europa es total merece la pena recordar los más variados aspectos de sus tradiciones y costumbres.

Persiste todavía en Tresviso la tradición de los aguinaldos, como otras viejas y ancestrales constumbres, que no se han perdido a pesar de la fuerte emigración que ha sufrido la villa lebaniega.

El día 31 de diciembre salen los mozos por las callejas del pueblo y llamando de puerta en puerta, como antaño lo hicieron a través de generaciones sus antepasados, van pidiendo el aguinaldo; poco a poco, las puertas se van abriendo y la comitiva va llenando el saco, o el cesto de mimbre, con garbanzos, huevos, morcilla, tocino, pan, etc., mientras el dueño del hogar saca su mejor vino y en un porrón lo ofrece a los «aguinalderos».

Es costumbre, después de recoger el aguinaldo, dar las «migas» (mantequilla y pan) a los niños del pueblo. Al frente del grupo de jóvenes se elige al «vinotero», que es el encargado del control de todo aquello que se necesite; antiguamente se desplazaba a por el vino al pueblo de La Hermida, con uno o dos caballos.

Llegado el 5 de enero los mozos se juntan a cenar los «aguinaldos» en una vivienda del pueblo que se denomina «la posada» y que suele ser distinta cada año; allí, las viejas canciones se entonarán con alegría y no faltará una copa de buen orujo. «La posada» se suele buscar la festividad de los Reyes Magos, de un año para otro, y cuando aparece un voluntario se celebra con el consiguiente disparo de cohetes.

El día 6 de enero, festividad de la Epifanía, se celebra la cena de «la justicia», llamada así porque se invita al alcalde del pueblo, al cura y al juez, siendo en esta celebración cuando los mozos invitarán a las mozas del lugar y al concluir la cena se acudirá al baile que, según la tradición, se suprime a las dos de la madrugada para invitar a todos los vecinos del pueblo a tomar café en «La Posada»; de ésta manera, juventud y madurez se unen, para reforzar aún más los lazos de amistad. 

tresviLA FESTIVIDAD DE SAN PEDRO

El día grande para los vecinos de Tresviso se celebra cada año el 29 de junio, festividad de San Pedro. Antiguamente se realizaba la fiesta el día de San Andrés (30 de noviembre), pero la mayor parte de los años la climatología era adversa, por lo cual se decidió cambiar la fecha.

La víspera de la celebración los mozos del pueblo, como si de un ritual mágico se tratase, acuden al cercano monte de hayas de Barreda en busca de un árbol de buen porte, al que se denomina Jovera (mayu, en el resto de la comarca lebaniega).

El día de San Pedro todo es alegría y bullicio en las calles de la villa. Siempre en esta fecha los vecinos que un buen día emigraron en busca de nuevos horizontes retornan al lugar donde nacieron para estar presentes en la fiesta. Las mozas, ataviadas con trajes regionales, preparan el «ramu», que consiste en un arco trenzado y adornado con flores y roscos, y marchan al son de la pandereta y entonando coplas. Es entonces cuando los mozos llevan el «ramu» en andas hasta la iglesia; al llegar a ésta se pide al cura del lugar que le reciba, al tiempo que se anima a la gente que está reunida en la puerta a entrar a la iglesia. Al acabar la celebración religiosa se lleva en andas a la imagen de San Pedro por las callejas de la villa; a continuación se traslada el «ramu» con la comitiva de mozas cantando, que precede al resto de los vecinos.

ramoLa «Jovera» ya ha sido colocada en la bolera del pueblo y untada con grasa o jabón; allí se subastarán los roscos y las mozas animarán a los mozos para que suban a la «cogolla » (alto de la Jovera).

Por último llega la hora de la romería y posterior verbena, con la que se despide un año más la festividad del patrón de la villa, y siempre al son de la música.