Monumentos
CABEZÓN DE LIEBANA
IGLESIA DE SANTA MARÍA DE PIASCA
Una de las mayores joyas arquitectónicas que podemos contemplar en la comarca lebaniega, se encuentra en el pueblo de Piasca. Alrededor del monasterio e iglesia de Santa María, giró gran parte de la historia del valle. Esta iglesia es monumento nacional desde el año 1930.
Conocemos un primer documento escrito sobre el monasterio de Santa María de Piasca, en el año 930, cuando Teoda y Aragonti entregan a la villa de Piasca «ubi ipsa bassilica fundata est». En el año 941 un grupo de 36 religiosas bajo la dirección de la abadesa Aylo, y por medio de la regla de San Fructuoso, realizan un pacto monástico, estableciéndose con otros monjes en una comunidad dúplice, hasta que en el año 1078, doña Urraca, que era la abadesa, pasa al convento de San Pedro de San Pedro de Dueñas, perdiéndose la duplicidad y dependiendo desde entonces Piasca del Monasterio de San Benito de Sahagún, en forma de priorato.
Los siglos XI y XII fueron los más importantes para la vida el monasterio; será durante el siglo XII cuando recibirá importantes donaciones de monasterios que se incorporan a Piasca: San Salvador de Buyezo, San Martín de Tornes y Santa Cecilia de Ubriezo, incorporándose en 1209 San Martín de Aniezo. El siglo XIV marca el comienzo del declive del monasterio, descendiendo notablemente las donaciones. En los siglos XVII y XVIII vivían una docena de monjes y en 1835, con la Desamortización, pasó a ser una parroquia.
En la actualidad la entrada a la iglesia se realiza por medio de un arco apuntado que da paso al edificio que debió de formar parte de las dependencias del antiguo monasterio. Ante nosotros aparece la maravillosa portada de la iglesia, situada en el muro oeste. El arco de la puerta es ligeramente apuntado, recordando reminiscencias góticas. Presenta cinco arquivoltas sobre fustes, con hermosos capiteles de bellas tallas. Las arquivoltas tienen artísticas tallas con motivos vegetales e historiados. Sobre la puerta principal, en el muro de la espadaña, hay una hornacina de tres arcadas apoyadas en capiteles, donde podemos contemplar una imagen en el centro de Virgen con Niño, del siglo XVI, que sustituye a la anterior, románica; a la izquierda, talla de San Pedro y a la derecha, San Pablo. Estas dos esculturas son originales y románicas, del tiempo de la construcción de la iglesia.
En una lápida de fina piedra, embutida en el lado izquierdo del muro de la portada principal de la iglesia, existe una inscripción que recuerda la creación de la iglesia, así como una reforma importante de la misma. Su traducción es: «En el décimo día de las calendas del mes de marzo y en honor de Santa María, fue hecha la dedicación de esta iglesia por Juan, Obispo de León; estando presente el abad de Sahagún Don Gutierre y el prior de este lugar Don Pedro y Covaterio, el maestro de la obra. Dos veces quinientos sumados a tres veces setenta nos dan su verdadera época de la cual fecha quita dos veces el diez y dos veces el nueve. Así hallarás el año en que nació encarnada la Virgen». De esta forma sabemos que en el año 1172 se construyó la iglesia. El resto de la inscripción se encuentra separado por medio de una cruz y dice:» Esta obra fue sustancialmente remodelada en la Era del Señor (Era Cristiana) del 1439, siendo prior don Pedro. Juan Fernández de Aniezo me hizo. Toribio de Cambarco me hizo».
La puerta del lado sur se denomina del Cuerno y es llamada así, por ser la puerta del lado de la Epístola, que tenía como finalidad el acceso al antiguo claustro monacal, cuya portada estaba justamente enfrente y donde aún se conservan las bases de su arco de entrada. La puerta del Cuerno conserva el estilo románico, con arco de medio punto. Lo principal es la síntesis de la regla benedictina «Ora et labora», que aparece en sus bellas tallas, con motivos de monjes, músicos con rabel; artistas representando una obra teatral; sastres, escritores y, herreros. En el cimacio del lado izquierdo hay una bella escena de la caza del jabalí.
El ábside del SE de la iglesia es semicircular con dos contrafuertes, destacando en el centro una ventana geminada. En los canecillos aparecen figuras como el búho, perro, sirena de dos colas, etc. El ábside central es de mayor altura y la principal modificación la sufrió en el año 1439, debido a las grandes inundaciones que sufrió la iglesia. Consta de tres cuerpos, en cuyo centro existe una gran ventana enmarcada por dos columnas con capitel y cimacio y arquivolta tallada con diversos motivos; a su izquierda existe una pequeña ventana gótica. El alero del tejado está fundado sobre canecillos, destacando dos capiteles dobles sobre columnas dobles, que provienen del interior de la iglesia; el de la derecha representa a la Anunciación y el de la izquierda, el sacrificio de Isaac por su padre Abraham. Los canecillos y metopas están bellamente decorados, al igual que los canecillos del muro norte.
En el interior de la iglesia es donde se aprecia el estilo gótico. Tiene tres naves; la central de mayor anchura y altura, con bóveda de medio cañón, y las laterales, con bóveda de arista. El presbiterio de la nave central tiene una cubierta formada por bóveda de nueve plementos con clave central. En el siglo XV, al fallar el terreno, se cambió la estructura de la iglesia, que contemplaba las tres naves primitivas. Los dos ábsides y tres cuerpos del crucero quedaron con bóveda de crucería y una vez que estaban las bóvedas dañadas, suprimieron las naves y las bóvedas, dejando una única nave, que quedó desde el siglo XV hasta el año 1952, año en que se volvió de nuevo a distribuir la iglesia en tres naves y tres bóvedas, como la forma primitiva.
En el interior de la iglesia lo más interesante es una arquería en el ábside central, con capiteles historiados, siendo uno de los más bellos el que representa a la Adoración de los Reyes Magos, en el centro de la arquería izquierda, sobre dos fustes. Hay una magnífica talla policromada en el presbiterio que representa a La Piedad, con San Juan y las tres Marías, y que data del siglo XV; una bella Piedad, también policromada, del XVI; un frontal de altar de madera, destacando el escudo de Castilla y León, del XVIII y otro frontal de cuero repujado del mismo siglo. En el museo Regina Coelli de Santillana se encuentra depositada una magnífica Cruz gótica, realizada con la técnica de Limoges. Es del siglo XIII y todos los años se traslada a Piasca para los oficios de Semana Santa
ESTELA CÁNTABRO-ROMANA DE LURIEZO
En el pueblo de Luriezo se encuentra en el interior del pórtico de la iglesia parroquial una gran estela de origen cántabro-romano, que presenta una inscripción con restos de las dos culturas de ambos pueblos. A principios de siglo fue dada a conocer por el historiador lebaniego Eduardo Jusué. Se encontraba deteriorada en el exterior de la iglesia y se introdujo en el portal en el año 1955.
Dicha estela es de forma circular, faltando un segmento por la base. Tiene metro y medio de diámetro, aproximadamente. Está tallada en piedra arenisca silícica de las canteras próximas al pueblo. La inscripción se puede leer con cierta facilidad y dice lo siguiente: «Monumento a Ambato Pentovieco, de la tribu de los Ambáticos, hijo de Pentovio de 60 años. Este monumento lo erigieron Ambatus y Doiderus, hijos suyos».
En la inscripción se entremezcla el nombre, característico de las estelas de época romana, con la tribu a la cual pertenecían, dato éste último que presentan la mayoría de las estelas cántabro-romanas. Probablemente Ambáticus es un gentilicio de Cambático, nombre originario de la tribu que pobló la ladera sur de Peña Sagra, la antigua Cambarica o Camarica, citada en la antigüedad por el geógrafo Ptolomeo. Este nombre, de clara raíz celta, fue conservándose tras varios cambios en su léxico hasta la actualidad, que se conoce por el nombre de Cambarco, pueblo del municipio cercano a Luriezo.
Además de la anterior estela se conserva un gran fragmento de otra, incrustada en un muro, que rodea el cementerio parroquial. Está partida y es difícil su interpretación; solamente se leen varias letras enmarcadas sobre molduras talladas en la piedra; en la parte superior, y de izquierda a derecha, hay unos signos de difícil interpretación seguidos de «CCA» y en la parte inferior, «B.P.SUS». Sobre este fragmento de estela hay otra piedra magníficamente tallada, con adornos vegetales, que bien parece resto de un capitel románico. En Luriezo se cita en el año 1301 el Monasterio de San Pelayo y San Miguel.
ERMITA RUPESTRE DE CAMBARCO
La ermita rupestre de Cambarco se encuentra en las inmediaciones del pueblo del mismo nombre, en el municipio de Cabezón de Liébana, y fue dada a conocer en el año 1983 por Pedro Alvarez y Andrés Alonso, investigadores lebaniegos. Enrique Campuzano y Ramón Bohigas, entre otros expertos, han corroborado la opinión dada por los dos lebaniegos, afirmando que se trata de una ermita rupestre que pudo construirse entre fines del siglo VIII y principios del IX.
La cavidad está excavada en la roca y se refuerza con muros de sillarejo que sustentan arcos rebajados de piedra toba, levemente apuntados, de tipo escarzano. Los muros delimitan un testero de triple exedra semicircular, de tradición bizantina, con paralelos en lugares del Mediterráneo y Europa Oriental. Tres arcos actúan como arcos torales de las exedras y refuerzan además el techo de la galería.
La ermita fue restaurada el año 1997 y las obras promovidas por la Asociación del Año Jubilar Lebaniego. Fue bendecida por el obispo de Santander en el mes de mayo de 1998, junto con una talla de madera policromada de la Virgen de la Cueva, realizada por el sacerdote lebaniego, Benito Velarde, que fue trasladada en procesión y en andas desde la ermita, hasta la iglesia parroquial de Cambarco. Una verja permite que se pueda observar su interior y, a la vez, se conserve su estructura.
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