CAMALEÑO

camalenio1El Valle de Camaleño se encuentra en la zona oriental de la comarca lebaniega y su historia está íntimamente ligada al Monasterio de Santo Toribio de Liébana que, principalmente durante la Edad Media, ejerció su dominio por todo el valle y que antiguamente recibía el nombre de Valdebaró.

El municipio de Camaleño ha sido a través de la historia, principalmente en época medieval, un importante núcleo de monasterios que se fueron estableciendo en su término: Santa María, en Baró; San Esteban de Mesaina, en Mieses; Santos Facundo y Primitivo, en Tanarrio; Santa Eulalia, en Lon; San Adrián y Santa Natalia, en Argüébanes; Santa María, en Cosgaya; San Salvador de Villeña, en la sierra de Villeña, entre Pembes y Cosgaya y, en las cercanías de Fuente Dé, Santa María de Naranco, sin olvidarnos del monasterio de Santo Toribio y de las ermitas románicas de San Pelayo y de Enterría.

La leyenda señala que Don Pelayo, héroe de la Reconquista, nació en Cosgaya y que su hijo Favila falleció por el ataque de un oso en el monte de La Calavera de Cosgaya. En las inmediaciones de Subiedes sucumbieron ante un argayo o desprendimiento la retaguardia del ejército árabe derrotado en la batalla de Covadonga. En el Libro Becerro de las Behetrías, del año 1353, aparecen como lugares de abadengo Turieno y Santa Olalla de Lon; de abadengo y behetría, Baró; solariego, Espinama; solariego y de abadengo, Mogrovejo, Argüébanes, Tanarrio y Cosgaya y, finalmente, solariego y de behetría, el pueblo de Pembes. Cualquier punto del valle conserva vestigios de su rico pasado histórico.

Dejamos la villa de Potes y cerca de la fuente de Fonfría una carretera que asciende a la izquierda nos conduce al pueblo de Mieses y al monasterio de Santo Toribio. Mieses aparece citado en los viejos cartularios desde el año 813, existiendo el monasterio de San Esteban de Mesaina. En la zona alta del pueblo merece la pena contemplar un magnífico ejemplar de encina, que los vecinos llaman «La Copuda» y en uno de sus barrios la ermita de la Virgen del Pilar, con un retablo donde destacan las tallas de la Virgen con el Niño y de San Lázaro, ambas del siglo XVI. La carretera concluye al pie del monte Viorna, en el milenario Monasterio de Santo Toribio de Liébana, que guarda entre sus muros, el «Lignum Crucis», el mayor trozo conocido de la Cruz donde murió Cristo.

Regresamos nuevamente al cruce de Fonfría para coger la carretera general que nos conduce hasta Fuente Dé. Llegamos a Turieno, a orillas del río Deva, cuya historia está unida al monasterio de Santo Toribio. Desde el 11 de noviembre del año 828 conocemos su existencia documental. En el siglo XIV otro documento nos habla de la torre, cortijo y palacio que hizo en éste lugar Gonzalo Martínez Orejón. El lugar era abadengo del monasterio de Santo Toribio y en el año 1397 ya se cita el barrio de Floranes.

turienoEn Turieno nació en el año 1640 Francisco de Otero y Cossío, benefactor de la capilla barroca de Santo Toribio donde se venera al «Lignum Crucis». Hay un magnífico escudo con las armas de Linares en su casa natal y una leyenda que indica que allí nació el que fue arzobispo y capitán general del Nuevo Reino de Granada. Según la tradición también nació en Turieno Toribio el monje, fundador del monasterio de San Martín. Turieno formaba parte en el siglo XVIII del concejo de Santibañez, con Floranes, Congarna y Mieses. En el siglo XVI tenía una iglesia bajo la advocación de Santa María. La iglesia actual realizada en el año 1817 conserva los contrafuertes, pila bautismal y las bases donde se apoya el arco triunfal, de la anterior iglesia.

De Congarna sabemos que ya existía en el año 921 y que había un monasterio bajo la advocación de San Julián. En la actualidad hay una ermita bajo dicha advocación al inicio del camino que conduce desde la población al monasterio de Santo Toribio. Tiene bóveda de cañón y pórtico de entrada y un escudo muy antiguo que nos muestra las reliquias que trajo Santo Toribio. Hay una ventana de toba que bien pudo pertenecer al antiguo monasterio. Cerca de Congarna, junto al actual cementerio del concejo, estaba el pueblo de Otero del cual se tienen noticias desde el siglo X al XVI. Por encima de Turieno se encuentra Argüébanes, al pie del macizo Oriental de Picos de Europa, en cuyas inmediaciones se edificó el monasterio de San Justo. En el conjunto rural hubo otro monasterio, el de San Adrián y Santa Natalia, citado en el siglo IX, que probablemente se encontraba en el mismo lugar que hoy ocupa la iglesia parroquial, donde se observan restos de una construcción anterior.

baro2Dejamos el antiguo concejo de Santibañez y alcanzamos el pueblo de Baró, donde existió el monasterio de Santa María, citado en el año 831, que ocupó el lugar que hoy ocupa la actual iglesia, en el barrio de Quintana, observándose en sus muros ventanas de tradición románico-gótica. La puerta de acceso es apuntada, con arquivoltas de baquetón sobre cimacios con molduras, y sobre ella hay una escudo con las armas de Mendoza, de la Vega y Luna. Hay en el exterior canecillos de tradición románica. La iglesia puede ser de los siglos XV o XVI.

sanpelayoEl concejo de Baró está formado por las entidades de población de Baró, La Frecha, Beares, San Pelayo y Camaleño. En San Pelayo podemos contemplar una ermita románica de planta rectangular, cuya capilla mayor se cubre con bóveda de cañón. Tiene un escudo con leyenda sobre la puerta de entrada, con las armas de Linares, de quien debió de ser patronato la capilla. Las piedras donde está escrito el romance del escudo pertenecieron a la antiquísima torre de los Linares, que se encontraba en el pueblo de San Pelayo. Si desde Baró subimos a Bodia podemos contemplar, junto a la ermita de San Acisclo y Santa Vitoria, los restos de una necrópolis medieval. La iglesia se cita en el año 831.

También se conserva en Bodia, en casa particular, un Cristo crucificado del siglo XIII, realizado en cobre esmaltado. Desde San Pelayo podemos alcanzar el pueblo de Lon, donde por encima de la actual población ya existía en el siglo X el monasterio de Santa Eulalia, que dió nombre al concejo. En el barrio de las Esperillas hay una ermita con escudo de las armas de Mier, fechado en el año 1741.

cruzbodiaDe nuevo regresamos a la carretera general y pasamos por Camaleño, capitalidad del municipio, donde se encuentra el edificio del ayuntamiento y cuyas casas y propiedades pertenecían en el siglo XVI al monasterio de Santa María de Piasca y se encontraban cercadas. Hay una pequeña ermita en la plaza del pueblo, bajo la advocación de San Ildefonso. Aquí, se celebra desde hace más de un siglo una tradicional feria ganadera el día 12 de octubre, que en los últimos años el ayuntamiento ha potenciado por medio de un concurso-exposición de ganado con importantes premios.

tanarrioContinuamos el camino y nos acercamos a los pueblos de Tanarrio y Brez. En Tanarrio encontramos la iglesia de Santa María del Moral. La cubierta de la nave es de madera y la capilla mayor se cubre con bóveda apuntada con arco triunfal apuntado, apoyado sobre capiteles cónicos invertidos. La puerta de entrada también tiene arco apuntado y en sus cimacios hay talladas unas pequeñas cabezas humanas. Parece que la antigua construcción de arcos y bóvedas no tuvo arcos apuntados, sino que estuvieron remodelados sobre los antiguos arcos de medio punto que fueron traídos del monasterio de San Facundo. Si queremos conocer el lugar donde estuvo edificado dicho monasterio en el siglo VIII tomaremos un camino que desde el pueblo y en dirección noroeste, hacia el Collado de Cámara, nos conduce hasta la ermita de San Facundo. De la estructura original solamente se conserva al capilla. En Tanarrio nació en el siglo XVI Rui Díaz Encinas de Linares, famoso militar de los Tercios de Flandes, y Rafael de Floranes, importante escritor del siglo XVIII.

brezEn el pueblo de Brez, enclavado al pie del macizo Oriental de los Picos de Europa, merece la pena acercarse hasta su iglesia parroquial, en lo alto de la población, que conserva una puerta románica con arco apuntado y cimacio de cuatro filas de billetes. En el muro aparecen labradas rosetas de siete pétalos. El retablo principal es del siglo XVII.

Continuando camino hasta Fuente Dé nos encontramos con el pueblo de Los Llanos, junto a la carretera general. En las inmediaciones de éste lugar citan las crónicas que en el año 722, después de ser derrotado el ejército árabe en Covadonga, los supervivientes cruzaron los Picos de Europa y un «argayo» o desprendimiento de tierra y piedra les sepultó. Desde Los Llanos, y por una carretera a la derecha de la población, nos acercamos a Mogrovejo, uno de los pueblos más bellos y pintorescos de la comarca lebaniega, que formó desde antiguo concejo con Luarna, Redo,

losllanosLos Llanos, Sebrango, Bárcena, Besoy, Llaves y Vallejo. Mogrovejo tomó el nombre de la famosa torre medieval que se encuentra en la población. Luarna era el barrio que se encontraba donde en la actualidad está la iglesia parroquial. Primitivamente este último era el nombre del pueblo y así aparece en el año 1197. La iglesia tiene una nave y tres tramos con cubierta de madera y la capilla principal se cubre con bóveda de crucería. Hay un precioso retablo barroco del XVII con talla de Santo Toribio de Mogrovejo y escudos de la familia de Mogrovejo, así como un cuadro de Santo Toribio de Mogrovejo, arzobispo de Lima, oriundo de la casa de Mogrovejo, nacido en Mayorga en el año 1558. Hay en un retablo lateral una magnífica talla de la Virgen Milagrosa gótica-flamenca, del siglo XV.

mogrovejoEn Redo, barrio de Mogrovejo, se encuentra una ermita bajo la advocación de San Pedro; en Bárcena está la ermita de San Roque, edificada en 1871; en Besoy la de la Magdalena, ermita muy antigua. Los Llanos, además de un precioso puente medieval, conserva escudos de los Mogrovejo, Torices y Noriega; en Sebrango está la ermita de San Acisclo y Santa Vitoria, muy deteriorada, y en Llaves la iglesia parroquial que domina el valle y que se construyó después de la guerra civil.

La historia de Mogrovejo gira en torno a la torre de su nombre. Se sabe que había una muralla y que el rey Sancho IV concedió el privilegio de dar inmunidad el recinto del que no se podía sacar a ningún delincuente, excepto casos de delitos de lesa majestad divina y humana. El segundo domingo de Pascua de Navidad el señor de la casa nombraba alcaldes y procuradores del Valle de Valdebaró. De esta casa salió el lugarteniente y portaestandarte de la batalla de Covadonga. La torre, restaurada, aún conserva las primitivas aspilleras defensivas. La casa-torre fue reformada en el año 1872. Un escudo de alabastro en la puerta principal de la casa destaca las armas de Mogrovejo, Lasso de la Vega y Terán y Mier. Hay una capilla de planta cuadrada con bóveda de crucería. El pueblo de Mogrovejo fue declarado conjunto histórico en el año 1985.

Proseguimos la ruta hacia Fuente Dé y por una carretera situada a la derecha de la general subimos al pueblo de Pembes, no sin antes acercarnos a contemplar en el barrio de Enterría una ermita de traza románica y de similares características a la ermita de San Pelayo. Pembes se cita desde el año 847, aunque lo cierto es que en Santo Tomás de Collía, cerca de Cangas de Onís, se cita a los Pembelos, en una lápida, como gente de los Orgnomescos, de los antiguos cántabros que poblaron estas montañas.

Regresamos a la carretera general y llegamos a Cosgaya, donde en el año 796 se encontraba el monasterio de Santa María de Silva. En el barrio de Treviño hay una magnífica construcción con cuatro escudos de armas en la casa donde fue natural el Conde de la Cortina, que posteriormente tuvo gran importancia en el valle de Bedoya (Cillorigo). Cosgaya aparece ya en la crónica Abeldense y en la crónica de Alfonso III, cuando nos narra el desastre de los árabes en Subiedes. Según la tradición aquí nació Don Pelayo, primer rey de la Reconquista, y el rey Favila, que murió destrozado por un oso pardo en el monte de La Calavera. En las cercanías de Cosgaya, en la sierra Vileña, se encontraba el monasterio de San Salvador y San Juan de Villeña, el monasterio lebaniego más importante del siglo IX, citado desde el año 796.

espinamaNos acercamos al pueblo de Las Ilces, citado desde el año 1183, donde se encontraba una iglesia bajo la advocación de Santiago. Es pueblo donde se pueden contemplar los hórreos, construcción típica con amplia representación en el municipio. Llegamos a Espinama, punto de inicio de excursiones al macizo Central de los Picos de Europa. Citada desde el año 930 y famosa por los versos que el Marqués de Santillana dedicó a la población: «E fueron las flores de cabe Espinama los encubridores…». La antigua iglesia parroquial, bajo la advocación de San Vicente Mártir, se cerró al culto en el año 1968, cuando se construyó otra en el solar que ocupaba la Obra Pía. La vieja construcción parece que data del año 1686, aunque en sus alrededores aparecieron sepulturas de lanchas medievales. Es de una nave cubierta con cuatro tramos de bóveda de cañón y capilla mayor cubierta con bóveda de crucería. La torre fue construida en 1925, sustituyendo a la antigua espadaña.

pidoEn Espinama, Alejandro Rodríguez, nacido en el pueblo en 1697 y emigrado a Méjico, mandó construir una Obra Pía en la que los vecinos del concejo recibieron una magnífica educación y que tuvo perfecto funcionamiento hasta principios del siglo XIX. Cerca de Espinama está el pueblo de Pido, documentado históricamente desde el año 1158, que tuvo una antiquísima ermita bajo la advocación de San Roque, en un altozano que domina el pueblo. Pido, a 930 metros de altitud, es uno de los pueblos más altos de Liébana y aquí se celebraban las famosas disputas de toros entre los pueblos del concejo. Cerca de Pido, y antes de alcanzar Fuente Dé, estaba el monasterio de San Juan de Naranco, citado desde el año 932. El rey Felipe IV anexionó en el siglo XVII este monasterio, que era patrimonio real, al convento de San Raimundo de Potes.

La visita al Valle de Camaleño concluye en Fuente Dé, al pie de la estación inferior del teleférico, contemplando el anfiteatro rocoso donde nace el río Deva.